domingo, 2 de octubre de 2016

EQUIDAD A MEDIANO Y LARGO PLAZO DE LA MUJER CAQUETEÑA EN EL CAMPO POLÍTICO

Por: Olga Arcos Chilito
Psicóloga/ ESP. En Gerencia del  Talento Humano
En Colombia hay más mujeres que hombres, sin embargo eso no se traduce en cifras para el acceso y representación en cargos públicos ¿por qué se mantiene esta desigualdad?
Es importante definir lo que es “discriminación”, En el entendido de un fenómeno sociológico en el ser humano que atenta contra la igualdad. Para poder tomar medidas que conduzcan a disminuir sus causas y efectos. La percepción que tienen las mujeres colombianas sobre los actos de discriminación de los que son víctimas suele ser mucho más bajo que la realidad de la discriminación sufrida; esto se explica por la normalización que se le da a ciertas conductas que son claramente discriminatorias en contra de las mujeres y que tienen efectos dañinos en ellas y en la sociedad en general a corto y largo plazo.
Para tener mayor claridad se puede  clasificar la discriminación  de dos maneras:
a)    Nivel público
b)    Nivel privado.
Así mismo, dentro de esta clasificación se dividen las acciones discriminatorias de acuerdo a los diferentes ámbitos a los cuales afectan:
Ámbito social, económico, laboral, político, sexual, jurídico y de  salud.
El interés de la FIO (Federación Iberoamericana de Obusman) es la promoción de los Derechos Humanos de la mujer, no se debe a que éste sea un tema nuevo, sino a la importancia que tiene el continuar con esta lucha y abordarla en sus diferentes perspectivas de desarrollo y evolución. Son muchos los antecedentes históricos que dan cuenta del obrar del movimiento de mujeres en los espacios internacionales para que sean visibilizadas y sus derechos reconocidos, sobre todo a partir de la adopción de los instrumentos internacionales de promoción y protección de los Derechos Humanos más importantes adoptados luego de la Segunda Guerra Mundial, En el  siglo XX. Uno de los grupos que más avanzó en sus reivindicaciones fue el de las mujeres, como expresión de este avance hoy contamos con la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, entrada en vigor desde el 3 de septiembre de 1981, y que introduce el concepto de la no discriminación, proponiendo que la igualdad no sólo debe ser formal, sino fundamentalmente sustantiva, y la emblemática Convención de Belém do Pará en 1994 que introduce el tema del derecho de la mujer a tener una vida sin violencia; Sin embargo la realidad que se vive en nuestro contexto territorial de Caquetá dan cuenta de la  constante vulneración y discriminación que en pleno siglo XXI, las mujeres deben de afrontar en sus distintas formas como la no participación de manera equitativa en diferentes campos, como la política,  y esto no porque no deseen participar, sino más bien por las pocas garantías que le son otorgadas para así hacer parte de un ejercicio democrático plenamente  constituido y que gracias a un gran esfuerzo por darle garantías de igualdad fue plenamente establecido desde hace más de 55años, donde las mujeres ejercieron por primera vez un 1° de diciembre durante el llamado plebiscito de 1957.
Según un informe que aporta la registraduría nacional en esa fecha asistió a sufragar 1.835.255 mujeres, constituyéndose como una jornada exitosa, lo anterior   fue posible gracias a que el 27 de agosto de 1954, se reformó la Constitución política de Colombia.
En ese momento, se otorgó a la mujer el derecho al voto, a ser elegidas y a ocupar cargos públicos.
El potencial electoral del país es de 31.736.039 colombianos habilitados para sufragar, de los cuales 16.489.846 son mujeres aptas para votar. (Carlos Ariel Sánchez;  Registrador Nacional del Estado Civil Fuente, edición el Espectador,  domingo 13 de diciembre de 2015)

El por qué se mantiene esta desigualdad? Se pudo evidenciar  en los pasados comicios electorales realizados en la capital del Caquetá fue elegida una  mujer para el concejo, entre 17 escaños y no por falta de más opciones de mujeres sino más bien por la falta de “empoderamiento, sentido de pertenencia, solidaridad y respaldo de las  mismas mujeres en brindar  a su mismo género la opción de quedar equitativamente representadas.
En el siglo XXI siguen los avances y la necesidad de hacer seguimiento a los mandatos en defensa de los Derechos Humanos de las mujeres, y que los mismos
Permeen todos los niveles de decisión política, lo cual es síntoma de la toma de conciencia de la mujer  como sujeto de derechos, y por lo tanto de que al generar las condiciones adecuadas para el ejercicio de éstos se contribuye con la solución  de los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Así en la declaración de Nuevo León, de la Cumbre Extraordinaria de las Américas, de enero de 2004, los Estados reiteran que el empoderamiento de la mujer, su plena e igualitaria participación en el desarrollo de nuestras sociedades y su igualdad de oportunidades  para ejercer liderazgo son fundamentales para la reducción de la pobreza, la promoción de la prosperidad económica y social y el desarrollo sostenible centrado en el ser humano”
Con una mirada objetiva se espera que a mediano y largo  plazo, la mujer Caqueteña logre incursionar de  manera equitativa en el campo político de su  región   para que desde esos escenarios continúe en la  construcción de un departamento el cual ha sido uno de los más azotados por la violencia, y la mujer no ha sido ajena a estos actos de victimización. Sin embargo para lograr que la mujer Caqueteña obtenga una  representación significativa en esos escenarios, es importante continuar en los diferentes campos especialmente el académico (escuela, colegios y las diferentes universidades) asentadas en la región    y las mismas comunidades en los distintos campos sociales para ir fortaleciendo y concienciando a las mismas mujeres a mantener una postura de empoderamiento en la incursión de sus ideales de hacer parte de la política  y de la democracia de la región. Sin más, lo que las mujeres  se juegan en el contexto actual es el replanteamiento  de unos  principios propios de paridad y complementariedad en el campo político y en la toma de decisiones  frente a la participación activa que beneficie  a la mujer para lograr vencer la línea invisible, sin desconocer  la existencia de una cultura arraigada discriminatoria.

Se espera en este nuevo proceso de plebiscito, a realizarle el 02-10-2016  sea la mujer tomando la libre decisión de acceder en las urnas, el deber que le asiste de participar en procesos democráticos que contribuyan a la toma de decisiones trascendentales de participación y de voto en nuestro país y especialmente de la región Caqueteña.